El Lunes Santo tuvo importantes estrenos, entre ellos el palio de María Santísima del Rosario de San Pablo, espectacular por cierto, pero además hay que reseñar y destacar la compostura, el acierto y la elegancia del cortejo de las Hermandades de la Vera Cruz y del Museo.
Un Martes Santo diferente, así es como se puede describir la
bella jornada que pudimos vivir por las calles de la ciudad hispalense.
Comenzando por el tránsito al revés de la Carrera Oficial,
algunas cofradías bajando por la Cuesta del Rosario, la Candelaria pasando por
los Jardines de Murillo de camino a la Catedral y El Dulce Nombre teniendo su
recogida en un horario más temprano.
Pero si algo hay que destacar de esta jornada, es la eterna
belleza del cortejo de la Hermandad de San Benito, que desde La Calzá, todos
sus hermanos van mandando un mensaje claro de amor a sus titulares, sin
olvidarnos de Jesús Crucificado en su santo madero.
El Jueves Santo es una jornada de clasicismo, de mujeres vestidas de mantillas, de visitas a los Sagrarios, de los Santos Oficios y sobretodo de disfrute de las cofradías en las calles de la ciudad más hermosa del mundo.
El bello y único palio de Nuestra Señora de los Negritos nos
hacía enmudecer el alma, imaginándonos el próximo 18 de Mayo de 2019, cuando
será Coronada en la Plaza del Triunfo, a su vez la dolorosa del barrio de los
Remedios nos metía de lleno un sentimiento de victoria a todos los cristianos
por nuestra fe a Jesucristo.
Jesús ora en el Huerto de los Olivos, como si de Getsemaní
se tratase y tras él una odisea de rosarios haciendo honores a María de Nazaret
y rezando multitud de plegarias por y para ella.
Este el sentimiento, la devoción, el amor de una persona por
sus cofradías y Sevilla, reflejada en estas magníficas instantáneas.
Texto: Giorgio Maldonado Mora.
Fotos: María del Sol Hidalgo Martínez.